Silencio, aquí descansa D10S

 

El lugar. Su lugar. El espacio para que todos los fieles recen y se desahoguen. Para que los que lo vieron jugar recuerden sus gambetas, lujos, tiros libres y la pegada fenomenal que lo caracterizaba como crack. Y para los que no lo vieron, que conozcan un poco más de esa leyenda. Ese maestro con la “10” en la espalda que tenía en vilo a toda la Paternal a la hora de jugar. Es su santuario. Su momento. Su imagen y los hinchas, nada más.

El Santuario Diego Armando Maradona se inauguró el 18 de diciembre del 2020. Exactamente 23 días después de su muerte, los dirigentes de Argentinos Juniors crearon este gran espacio. Un lugar para recordarlo, rezar, movilizarse y verlo de la mejor manera: con una pelota bajo la suela. O en este caso, una pelota entre sus manos. Como se lo puede observar en el mural que predomina el santuario. Su presencia es fuerte. Los fieles están mano a mano con su Dios, que les responde con una sonrisa.

Se ubica en el bajo tribuna de la calle Boyacá, entre Juan Agustín García y San Blas. Pueden ingresar 5 personas al mismo tiempo y está abierto de lunes a viernes, de 8 a 16. Los sábados, se encuentra disponible de 9 a 14.


Es increíble. Inimaginable. En el ingreso está la cara de Diego, la cual se transparenta para ver dentro del santuario. A su lado, su nombre. Abajo, la fecha en que nació y el signo que demuestra que jamás desaparecerá de nuestras mentes. Maradona será eterno.


Subiendo las escaleras, él. Esos cinco escalones que te llevan al paraíso. Al lugar donde Diego está protegido y su imagen descansa en paz. Los rulos, su sonrisa y la pelota entre sus brazos. Nada mejor para la bienvenida al santuario.

En las paredes hay miles y miles de reconocimientos de los fanáticos. Camisetas de todos los equipos, banderas, botines, pelotas, cuadros, réplicas de la Copa del Mundo y muchas cosas más. Todas con sus respectivas dedicatorias. Rodeado por sus cosas. Se siente en paz. Está feliz.


Diego y su espacio no están solos. Existe una gran persona que convive con Maradona todos los días. Un hombre que abre las puertas y permite hablar con Dios. Él se llama Diego Vannucci, tiene 44 años y vive en el barrio de la Paternal. Es el encargado de cuidar el santuario y la persona que escucha miles y miles de historias diarias.

Esto dijo en una entrevista: “El santuario fue una idea de la comisión directiva y gente que aportó ideas para que esto sea una realidad”. Además, agregó: “La gente viene al santuario, rezan, sacan fotos y traen cosas para Diego. Las fechas especiales son distintas en el santuario. Se vive algo muy lindo”.

Diego Vannucci no es una persona más. Es el ahijado de Maradona y así lo recuerda: “Conocer a Diego fue mágico, te sentís protegido a su lado”. A su vez, comentó: “Maradona te prestaba su tiempo y eso lo hacía diferente al resto”.

Diego generaba amor, pasión, locura por su juego y la pelota. Tras su lamentable muerte, todos quedaron paralizados. Nadie podía creer lo que había ocurrido ese fatídico 25 de noviembre. Jorge Oscar Carreti es un vecino del estadio, tiene 77 años y así recuerda el momento: “Viví muy mal la muerte de Maradona. Te daba lástima el estado en el que estaba”. También, dijo: “En el barrio fue una locura la muerte de Diego. Fue un colapso nacional”.

De esta manera se lo conmemora. Con sonrisas, anécdotas, alegrías y emociones. El santuario ayuda y mucho. Allí está él. Están sus cosas, su imagen y su alma. Gracias Dios por tanto fútbol. Gracias Maradona por tanto arte. Serás eterno. Amén.

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